Exodo 34,29-35.
¿Qué expresa tu rostro cuando te miran, cuando tú sientes que Dios te ha llamado para hablar de Él allí donde te encuentras? ¿Quién, por tu vida y testimonio se engancha a la aventura de cubrir la faz de la tierra con el Espíritu de Dios que tú estás buscando?
A todos los jefes de las comunidades y grupos que viven en Nombre de la Palabra. Transmitid las órdenes que el Señor os dio en la montaña. Que vuestra vida cubra toda la tierra del mensaje que recibisteis. Y no olvides nunca:
“Cuando le descubras con sed y dolor sabrás de ese Cristo que nadie te habló”.
Salmo 99(98),5.6.7.9.
Ensalcen al Señor, nuestro Dios,
póstrense ante la tarima de sus pies: ¡El es Santo!
Cantad con la vida, que todos le conozcan: ¡Santo es el Señor nuestro Dios!
Mateo 13,44-46.
Jesús dijo a la multitud: «El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas;
y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.»
Cosillas
¿Recuerdas cuando descubristes a Dios? ¿Cómo, qué fue lo que te conmovió? ¿Qué crees que Dios puso en tu corazón para que transformases tu vida? Quienes te ven, ¿se acercan a Dios, creas, interpelas, confundes, produces hambre de Dios en el alma, se cuestionan quienes se te acercan? ¿Quién, por tí y por quienes te acompañan, se embarcan en la aventura del Evangelio?
Ayer en la Casa de Todos, la que administran los abuelos, se reunió la segunda generación y manifestaron cómo fue su primera intervención en Sanlúcar de Barrameda, que vieron y sintieron en la transmisión de sus cantos. Todos dieron muestras de una sorpresa inesperada. En su momento daremos cuenta
Fue una gozada ver a nietos, padres y abuelos, volver a ver cómo Dios se hizo presente en la familia, cuando ésta, unida en Su Nombre, habla tan clara y directamente.
Dios nos corrige, como Padre que es, cuando sin querer, erramos.
Gracias, Señor. Tu fuente sigue manando. Que tu Misericordia llegue a todos los que Tú quieres, que para eso nos has llamado
Hablamos con Héctor Pueblo. Ha salvado un momento importante. Está pendiente de su 100%.. Le hicimos una proposición… No sabemos calificarla.
Hoy, en Caracas, se esperan nuevas sorpresas. No dudemos nunca que el Señor, de lo que sembremos en Su Nombre, dará de uno, cien… o infinitos más.
Otra vez ¡Gracias, Señor!