Palabra de Dios

UNA HISTORIA INCONSCIENTE

Rosy y Vicente somos matrimonio desde hace 51 años, por la gracia de Dios. Hemos vivido intentando responder a la Vida que se nos fue descubriendo. Sin saberlo y humildemente, solo nos ha movido saber y vivir su voluntad. Gracias a muchos que nos animaron e interpelaron constantemente, esa Vida recibida nos ha cuestionado sobre la práctica de la Palabra. Y una y otra vez nos ha cuestionado, ¿es posible responder hoy…

– ¿a la llamada de Dios?
– ¿inmediatamente?
– ¿en cualquier situación o circunstancia?
– ¿a la urgencia de la humanidad desde la Palabra de Dios?
– ¿en las mismas condiciones que Pedro, Andrés, Santiago, y Juan?
– ¿siendo el Evangelio lo primero?

 

El placer de servir

Adaptación musical de Nacho Alós del poema de Gabriela Mistral.

Toda naturaleza es un anhelo de servicio.
Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú;
Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú;
Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.
Sé el que aparta la piedra del camino,
el odio entre los corazones, las dificultades del problema.
Hay la alegría del ser sano y la de ser justo, pero hay,
sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.
Que triste sería el mundo si todo estuviera hecho,
si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender.
Que no te llamen solamente los trabajos fáciles.
¡Es tan bello hacer lo que otros esquivan!
Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito
con los grandes trabajos; hay pequeños servicios
que son buenos servicios: adornar una mesa,
ordenar unos libros, peinar una niña.
Aquel que critica, éste es el que destruye, tu sé el que sirve.
El servir no es faena de seres inferiores.
Dios que da el fruto y la luz, sirve.
Pudiera llamarse así: «El que Sirve».
Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos
y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quién?
¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre?